Los humanos somos seres sociales y necesitamos establecer relaciones con otros, creamos vínculos con otras personas, para lo cual utilizamos emociones como el amor. Lamentablemente, no siempre las relaciones humanas son positivas y enriquecedoras. Hay algunas relaciones que nos dañan física y/o psicológicamente.
Se denominan “personas tóxicas” a quiénes por su mentalidad, actitudes y conducta, resultan perjudiciales para sus parejas u otras personas que les rodean, en la familia, lugar de trabajo u otros entornos.
Hay personas inmersas en relaciones amorosas tóxicas que no se dan cuenta de la situación de abuso en la que están viviendo, a menudo el “amor” que sienten hacia el otro les impide ver la realidad de su relación. Algunos hasta normalizan el maltrato físico y psicológico, olvidando que las relaciones se sustentan en el amor, la confianza y el respeto, cuando falla alguno de estos pilares la relación se resiente o derrumba.
¿Qué lleva a una relación tóxica?
La soledad, falta de autoestima, la propia historia individual u otras características concretas de algunas personas, les puede hacer entablar una relación tóxica sin apenas darse cuenta.
Algunos rasgos de la persona tóxica son el egocentrismo, pesimismo, envidia, celos, poca autocritica, vanidad, victimización continua, incapacidad para alegrarse por otros, infelicidad.
Como decíamos, vamos a encontrar personas tóxicas en todos los ámbitos de relación, pero es en las relaciones de pareja, donde más a menudo se producen estas actitudes de control y celos, así como faltas de respeto, las más habituales son:
Existen varios tipos de relaciones tóxicas, una de ellas sería en la que uno de los miembros de la pareja se hace cargo de todo, decide, asume siempre el control y no escucha las opiniones del otro, solo él crece mientras que el otro está totalmente anulado.
También hay parejas, en las qué de forma tácita, hay un dependiente y un codependiente, es decir cada uno de los miembros de la pareja supedita su bienestar y felicidad al otro, es como si todo lo que es como persona está en función de su compañero. Si uno de ellos desaparece, el vacío que se produce es terrible, porque se ha volcado sobre el otro la responsabilidad de llenar o completar la propia existencia.
Canciones románticas dicen frases como “no puedo vivir sin ti” ;“sin ti no soy nada” … y muchas cosas parecidas mostrando una gran dependencia del otro. Es importante recordar que cada uno es responsable de su propia vida y también de su felicidad.
Hay relaciones tóxicas en las que “todo es mentira”, se oculta información, no se confía en el otro, se llevan vidas paralelas sin interactuar el uno con el otro de una forma sincera y confiada.
Otras relaciones que se basan en la agresión-pasividad durante la comunicación, en estas relaciones no se habla abiertamente y hay una gran hostilidad.
Encontramos además relaciones que se rigen por el chantaje emocional, relaciones de exclusividad en las que se intenta aislar a la pareja, privándola del contacto con sus familiares y amigos u otras donde los celos obsesivos ahogan al compañero y aún otras que utilizan la culpa o la victimización para presionar a su pareja y conseguir sus objetivos.
Podríamos seguir mencionando relaciones tóxicas que son disfuncionales de diferentes maneras, sin embargo, todas ellas tienen en común el gran sufrimiento y dolor emocional, incluso físico, que producen en ambos miembros de la pareja o en uno de ellos.
¿Qué hacer si tienes una relación tóxica?
«Amarse a uno mismo es el principio de una historia de amor eterna». Oscar Wilde
7 Comments
Muy útil e interesante. Da gusto leer artículos así. Muchas gracias.
Todos los seres vivos, los humanos también, permanecemos en contacto continuo con el entorno natural más inmediato, intentando encontrar egoístamente el mejor lugar para el desarrollo de cada individuo, es nuestro primer compromiso. En este esfuerzo cotidiano, desde el inicio mismo de nuestra vida, nos relacionamos necesariamente con aliados y competidores, distinguir quienes son unos y otros, en cada momento, es lo que hará exitosas nuestras existencias o por el contrario nos debilitará hasta el fracaso.
Una relación tóxica que entorpezca el crecimiento puede y debe ser rechazada, es un imperativo vital, el esfuerzo, aunque a veces nos parezca demoledor, merece la pena por nosotros mismos, y porque es la oportunidad que nos otorgamos hacia otras relaciones nuevas y más funcionales, como individuo y como participante en grupos de afines por descubrir.
Aunque el cambio sea radical debemos asumirlo como una decisión propia y una oportunidad. Hay que ser valientes.
Profundiza en el conocimiento del ser humano. Y muy útil en tiempos de pandemia, en los que se exacerban los problemas personales y sociales.
Gracias Ángel, en efecto la pandemia aumenta y empeora cualquier problema existente y además produce otros nuevos. Un saludo
Así es. Pero es complicado porque la persona tóxica no está a veces por escuchar, hablar.
Sería interesante tratar en tu blog los efectos , a veces brutales, que la pandemia tiene e muchas relaciones personales….y en las sociales.
Mayte
Muchas gracias por leerlo y por la sugerencia, tomo nota, prepararé un artículo sobre los efectos psicológicos de la pandemia. Un abrazo