Hace algún tiempo al preguntar a un amigo entrado en los sesenta si era feliz, me contestó “El concepto feliz es tan poco frecuente como efímero cuando raramente se produce. La felicidad no debe ser una meta en absoluto y si lo fuere tienes un problema”
Estas palabras demuestran el desconcierto que produce esta palabra y lo complicado que resulta encontrarla. Tal vez nos ayudaría saber qué entendemos por felicidad. Encontramos múltiples definiciones de la misma, desde la filosofía, la religión y la ciencia.
Para algunos, la felicidad es un estado de ánimo que se produce en la persona cuando cree haber alcanzado la meta deseada y que dota a la personalidad de quien la posee de un enfoque del medio positivo y de un estado de paz interior que le estimula a conquistar nuevas metas.
Ciertos autores del Nuevo Pensamiento, consideran a la felicidad una actitud mental que el hombre puede asumir de manera consciente, es decir una decisión, la argumentan por el hecho que el hombre haya buscado muchas formas de encontrar esa felicidad en muchos aspectos, a pesar de lo cual, parece esquiva para la mayoría.
Según las religiones teístas la felicidad solo se logra en unión con Dios.
Aún para otros la felicidad es una de las emociones y estados que experimentamos los seres humanos en esta vida y está asociada con una sensación de plenitud, alegría, goce y realización.
Como todas las emociones, la felicidad tiene una explicación fisiológica, es el resultado de una actividad neural, en la cual los factores internos y externos interactúan mutuamente estimulando el sistema límbico (el tálamo el hipotálamo, hipocampo, amígdala cerebral, séptum, cuerpo calloso y mesencéfalo) que da respuesta a los estímulos emocionales que lo requieran.
¿Qué determina la felicidad?
La investigadora y profesora de psicología Sonja Lyubomirsky estudia científicamente desde hace más de 20 años en qué consiste la felicidad y cómo desarrollarla, en su libro “La Ciencia de la Felicidad” indica que la felicidad está determinada en un 50{df1715d9fb3e5a254bc0073a8f1bc00a9d804787e7a525cbaf2900e2251832e3} genéticamente, otro 10{df1715d9fb3e5a254bc0073a8f1bc00a9d804787e7a525cbaf2900e2251832e3} está determinada por las circunstancias (riqueza, pareja, salud) y el 40{df1715d9fb3e5a254bc0073a8f1bc00a9d804787e7a525cbaf2900e2251832e3} restante es voluntario, depende de nosotros.
No podemos cambiar nuestros genes, tampoco podemos determinar las circunstancias que nos toquen vivir pero podemos hacer mucho por nuestra felicidad en ese 40{df1715d9fb3e5a254bc0073a8f1bc00a9d804787e7a525cbaf2900e2251832e3} restante.
¿Qué nos hace felices?
La felicidad no es igual para todos, porque todos los seres humanos somos únicos e irrepetibles y cada uno tenemos diferentes ambiciones y metas en la vida. De esto se desprende que la felicidad es un proceso interno que dependerá de los ideales que tengamos y las metas que nos hayamos propuesto. Sin embargo, la felicidad no solo dependerá de estas metas o ideales, las pequeñas cosas del día a día, contribuirán a hacernos más o menos felices.
También tiene mucho que ver con nuestra actitud hacia los problemas y las preocupaciones, tener una actitud positiva y esperanza continúa ayudará, en contraste con una actitud pesimista y desesperanzada que nos restará posibilidades de alcanzarla.
A veces confundimos la felicidad con el bienestar, pero el disponer de bienes materiales y tener vidas cómodas, no siempre nos hace ser más felices, ¿se puede ser feliz en medio de una tormenta y con muy pocos recursos?, por supuesto, algunos lo son. Esto demuestra que la felicidad consiste en más que en la ausencia de dificultades y en disponer de estabilidad y seguridad. La felicidad tiene mucho más que ver con el vacío o la plenitud de nuestras vidas.
El compartir con otros y el sentido de logro aporta bastante felicidad en nuestras vidas.
¿Quiénes son más felices los jóvenes o los mayores?
Es curioso que los estudios objetivos aseguren que la felicidad aumenta con la edad mientras que la experiencia popular dice todo lo contrario.
Según un estudio de Heather Lacey y su equipo, del Centro para las Ciencias Conductuales y de la Decisión en Medicina de Ann Arbor, en Estados Unidos, en el que comparaban la sensación de felicidad de 273 jóvenes adultos, con una media de 31 años de edad, con la de 269 ancianos con una edad media de 68 años. Con los años disminuyen las sensaciones negativas y aumentan las positivas y crece la satisfacción vital.
A manera de conclusión y abundando en las distintas consideraciones de la felicidad mencionadas, dejo unas frases dispares de personajes de distintas épocas y procedencias.
“La felicidad consiste principalmente en conformarse con la suerte, es querer ser lo que uno es” Erasmo de Rotterdam
“Felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace” Jean Paul Sartre
“El dinero no da la felicidad, pero procura una sensación tan parecida que necesita un especialista muy avanzado para verificar la diferencia” Woody Allen
“Existen dos maneras de conseguir la felicidad, una hacerse el idiota y la otra serlo” Sigmund Freud
“Hijo mío, la felicidad está hecha de pequeñas cosas, un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna” Groucho Marx