Mi admirado Dr. Marín (psiquiatra y psicólogo) dice que las elecciones de pareja siempre son neuróticas, ¿por qué es así? ¿Qué buscamos? ¿Qué es lo que nos atrae cuando conocemos a alguien? Tal vez son sus virtudes, belleza, posición social, su solvencia económica…? y ¿por qué algunos resultan irresistibles mientras que otros nos producen rechazo?
Hay un refrán español que reza “los extremos se atraen” y en muchos casos, encontramos parejas muy dispares, en los que apenas vemos nada en común, “mujer moderna y vanguardista con hombre tradicional incluso carca” o tal vez “hombre tímido, apocado y un tanto vulgar con mujer inteligente y extrovertida”.
Factores que influyen en la elección de pareja
Respecto a lo neurótico en la elección de pareja, algunos tienen la ilusión de que esa pareja solucionará sus conflictos y/o necesidades del pasado, cargando sobre el otro sus propias carencias. Otros siguen la máxima de “hacer lo que a ellos les hicieron y no hacer lo que a ellos tampoco les hicieron” por ejemplo, algunos no se sintieron amados por sus padres o parejas anteriores y son incapaces de amar a su nueva pareja, en el sentido pleno de la palabra, en el extremo tendríamos los que fueron dañados en sus relaciones anteriores y de algún modo “reproducen” esos comportamientos dañinos en su nueva relación.
Además, todas las personas tenemos un patrón de la persona que nos gusta, tanto a nivel físico como de personalidad, y mientras unos dan más importancia los rasgos físicos, todas las parejas que eligen se parecen bastante entre ellas, otros valoran más las características personales. Estos patrones se han ido formando desde niños en base a nuestra historia personal, creando un modelo del tipo de personas que nos gustan.
En este prototipo inconsciente, hemos incluido también algunos aspectos patológicos que cuando nos enamoramos, somos incapaces de ver, haciendo que elijamos personas que no nos convienen e incluso nos dañan. Pondré un ejemplo, una mujer con un padre dominante, puede escoger parejas con un perfil dominante, buscando de forma inconsciente ser dominada. Otros que han sufrido padres o parejas anteriores conflictivas, ya sea bebedores o ludópatas, pueden tener la ilusión de conseguir que su pareja deje de beber o deje de jugar, y se portan como “salvadores” cuya única misión es rescatar a su pareja.
Hay otros factores que contribuyen a la elección, la familiaridad tiene mucho que ver en la elección, según estudios realizados por el neurobiólogo Keith Kendrick, además de asociarlo a sentimientos positivos hacemos una elección porque nos resulta familiar, los rasgos de esa persona nos resultan conocidos.
Durante la relación
Seguramente los factores más importantes para mantener la relación son el amor, el respeto y la confianza, pese a todo la rutina, el devenir de los días y los acontecimientos harán que surjan problemas, y si estos se van agrandando en el tiempo y se cronifican, podrían resultar imposibles de resolver, de ahí el gran número de separaciones y divorcios en las sociedades desarrolladas, que nos plantea aún más preguntas, algunas se adentran en lo profundo del ser humano. ¿Qué es lo que en realidad queremos? ¿Qué nos hace felices? ó ¿es posible mantener una relación placentera y permanente con otro ser humano como pareja?
Las respuestas son múltiples y dispares, desde los que dicen que somos gregarios por naturaleza y la forma lógica de relación es la pareja estable, para formar una familia propia y que esta debería satisfacer las necesidades materiales y emocionales de sus miembros; hasta los que dicen que las parejas deberían ser secuenciales y variadas a lo largo de la vida, porque es imposible mantener “el amor e interés” pasado un tiempo. También otros, argumentan a favor de comunidades, familias extensivas y abiertas, donde hombres, mujeres e hijos se comparten y funden unos con otros, sin sentido de propiedad y pertenencia alguno.
Los que somos románticos y tradicionales, creemos aún en los cuentos de princesas y hadas y que encontraremos a un príncipe azul o princesa de largos y rubios cabellos, del que nos enamoraremos apenas verle y con quien seremos eternamente felices.
Y cuando se acaba la relación
Ayer una conversación con una amiga, trajo de nuevo a mi memoria, una parte de mi pasado con una claridad contundente. ¿Y ahora qué? ¿Cómo seguir viviendo? Todas y cada una de las cosas que nos rodean, nos recuerdan insistentemente a quien ahora no está, lo que hacíamos juntos, los proyectos comunes, hasta los muebles y enseres nos cuentan su propia historia.
Lamentablemente, a veces un golpe de realidad, nos pone frente a frente con nuestros valores, sueños y deseos, de repente nuestra pretendida “estabilidad”, futuro eterno y feliz, se tambalea. Y es entonces cuando la sensación de vacío, miedo y pérdida nos invade. La imaginación nos trasporta a otros tiempos pasados, acaso más felices o al menos distintos. El silencio, el miedo al futuro y la inseguridad nos invade, como en la Historia Interminable de Michael Ende la nada avanza y va invadiendo cada vez más regiones.
Como si de otra pérdida se tratará, el fallecimiento de un ser querido, la pérdida de un buen trabajo, la perdida de una casa, patrimonio, una buena amistad … pasaremos por un periodo de duelo, que será inevitable, y de duración variable en cada caso. Durante ese tiempo, experimentamos estados y sentimientos variados y confusos, desde pensar que “eso no ha sucedido y que sólo se trata de un mal sueño” a “la rabia por lo que nos han hecho y ha pasado” y “la desesperación y sensación de vacío profundo”, todo ello irá sucediendo sin que podamos evitar que ocurra, para finalmente llegar a aceptar la pérdida, adaptarnos a las nuevas circunstancias y volver a recuperar nuestra vida.
Hay algunas personas, que en un intento desesperado de saltar etapas y evitar el recorrido anterior, se envuelven frenéticamente en la búsqueda de otra pareja que les haga olvidar todo lo sucedido, es como una anestesia emocional, aunque la anestesia tiene un efecto limitado en el tiempo, y es posible que más tarde, la persona descubra que aún no ha superado la pérdida y esto le impida llevar adelante esa nueva relación con éxito.
Sería adecuado, recomponerse como persona primero, volver a recuperar quién eres, lo que quieres, lo que te gusta y te hace feliz, saber qué quieres hacer ahora, tal vez esta nueva situación, te permita realizar proyectos que antes no podías hacer, ¡disfruta de tu propio espacio y nueva situación¡, apóyate en tu familia, amigos … tal vez, necesites ayuda profesional, si tu estado de ánimo no mejora pasado un tiempo, si hay conflictos que no sabes resolver, si no puedes vencer tus pensamientos intrusivos y si esto te impide llevar una vida normal. Si así fuera, un psicólogo podría ayudarte, facilitarte estrategias y herramientas de pensamiento y conducta para superar tu situación.
Y no olvides, a veces se nos cierra una puerta pero se nos abre una ventana, y esta puede ser a un futuro luminoso y mejor del que habías imaginado.
4 Comments
Sí es verdad eso de los prototipos al enamorarnos, todas las chicas que me gustan son bastabte parecidas, es curioso, pensaré en ello y a ver si cambio y me va nwjor la próxima vez. Me gustó el artículo. Gracias.
Magnifico blog Gloria. Tanto el contenido como la forma me parecen excelentes. Bravo!.
Gracias Jaime, eres muy amable, así da gusto escribir.
Me gusta mucho el artículo, lástima que yo tenga tan mal ojo al enamorarme¡