Decía Pablo Neruda «Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido» seguramente todos hemos experimentado, al menos una vez, esta triste experiencia. Cada vez que perdemos a un ser querido ya sea por muerte o abandono, se produce inevitablemente un proceso de duelo por la pérdida. El duelo es un proceso natural de ajuste emocional tras la pérdida, durante este periodo hay una mezcla de emociones, que van de la rabia a la tristeza pasando por estados intermedios de confusión e inestabilidad. Las etapas habituales son:
Impacto: es la primera en aparecer, hay una sensación de paralización, incredulidad y desconcierto. La vida parece pararse y toda la atención se concentra en la pérdida sentimental. Es difícil concentrarse en las tareas diarias y el trabajo. Cuesta conciliar el sueño y se pierde el apetito, también pueden producirse síntomas físicos de ansiedad como vértigo, crisis de pánico, dificultad para respirar y cansancio importante. Esta etapa suele durar desde unos pocos días a un mes.
Negación: Nos negamos a aceptar que la relación ha terminado, algunas personas se estancan en esta etapa durante años, con la esperanza de que vuelva la persona que se fue. Prolongar este periodo solo retrasa la recuperación.
Pena y depresión: En este momento se va siendo cada vez más consciente de la pérdida. Suele describirse como un sentimiento de vacío, como si faltara una parte de uno mismo. Es el sentimiento que impulsa a muchas personas a correr hacia otra relación, lo cual no es saludable, ni recomendable, pero si entendible. Hay que permitirse experimentar la tristeza sin caer en una actividad desenfrenada o en abuso de drogas, alcohol. Si la pena conduce a depresión hay que pedir ayuda profesional.
Culpa: Se caracteriza por la idea de fracaso, pensar que tal vez de haberlo hecho de otro modo, la relación seguiría. La parte buena es que nos hace pensar y corregir de cara al futuro posibles fallos, pero ¡cuidado¡ porque podríamos ser injustos con nosotros mismos y culpabilizarnos en exceso o sin razón.
Rabia: Se produce al sentirse herido, dañado en lo más profundo, aunque no haya a quien culpar. Algunos sienten rabia al principio de la ruptura, otros lo siente más tarde. Puede producir nerviosismo e irritabilidad. La rabia no controlada podría resultar destructiva, pero en su justa medida, nos da fuerza para enfrentarnos a la pérdida y nos motiva a reconstruir la vida
Resignación/Aceptación: Es la etapa más difícil del proceso de duelo. Decir adiós significa aceptar que la relación ha terminado, librarse de ella por completo, recuperar las fuerzas. Muchos llegan a esta etapa agotados, nerviosos y sin motivos para seguir adelante.
Reconstrucción: En este punto la persona se vuelve a centrar en sí mismo, empieza a caminar de nuevo, se siente mejor, pero necesita desarrollar su amor propio y seguridad en sí misma. Todavía podrá tener días malos pero cada vez menos.
El duelo con todas sus etapas, abarca un periodo de tiempo diferente en cada persona y caso. Algunos tardan unos pocos meses en cubrir todas las etapas y reconstruir sus vidas, otros tardan 1 o 2 años en sentirse bien, cada persona es distinta. Un duelo excesivamente largo y una tristeza que desemboca en depresión debe ser tratado cuanto antes para evitar que se cronifique o alargue innecesariamente.
Algunos obstáculos que suelen alargar el duelo y dificultar superar la ruptura son:
La dependencia: La persona dependiente no desea terminar la relación a ningún nivel, ya sea mental, emocional o físicamente. Se obsesiona, solo piensa en su pareja, fantasea con ella, le sigue escribiendo, llamando … etc.
La venganza: Sobre todo si ha experimentado rechazo, podría empezar una nueva relación muy pronto y exhibirse con ella para que la pareja se sienta celosa.
Dramatizar/Exagerar: Pensar que su expareja lo está pasando bien, mientras que él está destrozado. Pensar que su mundo se ha vuelto gris y pequeño, que ya no hay nada estimulante qué hacer. Algunos tienden a idealizar todo lo que hicieron con la persona amada, sintiendo la pérdida más profundamente.
Nuevas ataduras: Envolverse en un montón de actividades o buscar pareja desesperadamente, para no pensar y estar solo consigo mismo.
Elegir por comparación: Cuando ya se está en condiciones de volver a salir con otra persona, compararla con la pareja anterior, buscando alguien similar o, todo lo contrario.
Una vez superado el periodo de duelo, el aprendizaje de la experiencia nos fortalecerá como personas y nos ayudará en futuras situaciones problemáticas. Nos sentiremos más firmes y resueltos, a la vez que ganamos en confianza y autoestima.
No siempre podemos elegir lo que nos sucede, pero casi siempre podemos decidir cómo nos enfrentamos a ello.
4 Comments
Me siento muy reflejado en lo que dice, nunca pensé sería tan duro, después de tantos meses que ella se fue. No sé qué hacer, salgo con mis amigos para no pensar, pero no soy capaz de olvidarla. Me aterra estar solo.
Sí, es cierto hasta que no nos ocurren estas cosas, no pensamos que serán tan difíciles de superar. El mantenerse ocupado siempre es positivo, rodearse de personas que puedan dar abrigo emocional también ayuda, pero tal vez necesite ayuda profesional, si han pasado muchos meses, no es capaz de estar solo consigo mismo y sigue sintiéndose como al principio. El terapeuta le ayudará a descubrir aspectos que tal vez no conoce, le dará herramientas para superar su perdida y acompañará en este proceso. Puede lograrlo. Un saludo.
ISea cual sea el motivo del duelo, tenemos siempre el mismo reto pendiente. No solo dejar de sufrir por la ausencia, sino encontrar un nuevo sentido para lo que hacemos. Observar como ocurre nuestra vida y las vidas más inmediatas. En sus gestos rutinarios, en sus pocas certezas, son semejantes a nosotros. Otros a los que sentimos más lejanos erradicaron la polio o hicieron la presa de Assuan. Nadie tiene ideas así, de la nada. Lo que hay que hacer es empezar. La percepción de que se tendrá un momento Eureka es falsa. Solo podemos reclamar el derecho a seguir equivocándonos. Vamos a tener que reinventarnos. ¡Ojala, todos sepamos hacerlo!
Gracias Fernando por tu aportación. En efecto, para algunos volver a empezar, seguir adelante con su día a día y recuperar la rutina, de momento es suficiente. Con el tiempo, irán consiguiendo nuevos logros. Un saludo.